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martes, julio 03, 2018

Taxonomía para el nivel de retroalimentación en la evaluación formativa con mini-CEX


La evaluación formativa determina el grado de avance de un estudiante en sus objetivos de aprendizaje, con el propósito de subsanar los déficits (errores) que se detecten en ese momento. (no es coercitiva, aprobar o reprobar). La evaluación formativa promueve el aprendizaje autorregulado del estudiante.
El mini-CEX es una herramienta de evaluación formativa reducida (15-20´) que evalúa en el nivel hacer del estudiante y es utilizada en forma creciente en la etapa de grado en el campo de la salud.
Esta herramienta se basa en la observación directa y en la retroalimentación (RA) que se establece entre el estudiante y el docente evaluador durante un encuentro clínico con el objetivo de revisar las cosas que se hicieron, las que no se hicieron, las que pueden ser mejoradas y un breve plan de acción acordado con el estudiante a fin de mejorar su rendimiento clínico. Esto fomenta la motivación extrínseca e intrínseca del estudiante y mejora las habilidades de comunicación y comportamiento profesional. (Boehler M. An investigation of medical student reactions to feedback: a Randomized Controlled Trial. Medical Education 2006; 40: 746-9)
Sin embargo, la RA tiene aspectos en su desarrollo que impactan en su confiabilidad. Algunos de ellos se remiten a la escasa o nula entrega de RA escrita por parte del docente, la falta entrenamiento acerca de cómo entregar RA y la ausencia de estrategias claras que permitan organizar la información de RA obtenida en el encuentro clínico. Dado que se entregar RA requiere información escrita en papel impreso o en formato electrónico, la misma es información cualitativa que debe ser organizada en forma estratégica y eficaz para una interpretación y evaluación coherente. Es decir, bajar la información de RA cualitativa puede ser tediosa ya que requiere descripción, análisis e interpretación de lo que escribió el docente evaluador, si bien existen programas que analizan las palabras claves (codificadas) y agrupan resultados, la evaluación final la tendrá que realizar el docente evaluador.
En una experiencia reciente con mini-CEX en estudiantes de cuarto año se aplicó una taxonomía para el nivel de RA entregada por los docentes evaluadores (Moore K, The Clinical Teacher; 2017). La clasificación de RA utilizada se estableció en cuatro grupos: 1-Sin comentarios; 2- Comentarios generales; 3-Comentario puntual, concreto; 4-Puntos claros con consecuencias identificadas. Cada uno de estos grupos fueron atravesados por las columnas: A-Aspectos bien ejecutados; B-Áreas a desarrollar/mejorar; C-Plan de acción acordado.  Con ésta clasificación los comentarios en orden decreciente fueron los aspectos bien ejecutados, luego las áreas en la que el estudiante debe trabajar y por último las acciones acordadas con el estudiante.
Esta clasificación simple y práctica, si se la tiene presente puede resultar útil para comprender la importancia de la RA constructiva, respetuosa y significativa entregada por el docente evaluador que acompaña / orienta al estudiante.
Existen varias estrategias para dar RA, algunas más cortas otras más largas (Santen S. Michigan 2014. Emergency Medicine) pero siempre habrá que analizar, interpretar y evaluar que se intentó decir en la conversación de RA y principalmente si funcionó en términos de cambio de comportamiento del estudiante y como reforzamiento de su aprendizaje autorregulado.
Puede resultar laborioso entregar RA (escrita), la RA puede fallar, pero si no entregamos RA puede ser riesgoso al exponer al estudiante a asumir que todo está bien o a interpretaciones inconclusas de su rendimiento. (Hargreaves D. On-the-job training for physicians. London: Royal Society of Medicine Press, 1997).

Así, como todas las medidas del efecto o intervención educativa a partir de datos cualitativos como la RA conllevan una carga de subjetividad, éstas pueden ser útiles para emprender acciones o para nuevos enfoques teóricos, pero sigue siendo un aspecto debatido en la evaluación formativa con mini-CEX.
José Gómez

martes, mayo 01, 2018

La emoción y la motivación en alumnos de medicina


Las expectativas que tienen los alumnos con respecto al plan de estudios de la carrera de medicina son de suma importancia. En el campo de la medicina, las estrategias de enseñanza, aprendizaje, evaluación y gestión del conocimiento son revisadas continuamente a fin de detectar las mejores estrategias que permitan alcanzar las competencias profesionales. En la etapa clínica, el alumno debe ensayar conductas adaptativas (o no) frente a un conjunto de métodos y técnicas exigidas en ambiente hospitalario que involucran una gran cantidad de conocimientos y tienen como trasfondo teorías académicas.

En esta etapa es donde se pueden observar colisiones de técnicas, estrategias y métodos docentes que pueden confundir al alumno. Uno de los aspectos principales para el aprendizaje (profundo) del alumno en etapa clínica es que pueda reconocer estrategias en las que se estimula el valor y el control sobre lo que aprende. Uno de los factores en creciente desarrollo es el manejo de las emociones (positivas y negativas) que afectan el aprendizaje y rendimiento. El rol que juega el entendimiento de la emociones es muy importante.

La educación médica basada en competencias enfatiza la trayectoria del alumno, el aprendizaje autodirigido y la práctica reflexiva, la evaluación y retroalimentación. De modo que se puede considerar que las emociones, la motivación y la autodeterminación se encuentran en interacción permanente con distintos resultados en el rendimiento del alumno.

Se puede definir a la emoción como un cambio psicofisiológico agudo, intenso y típicamente breve que resulta de una respuesta a una situación significativa en el entorno del individuo (involucran procesos afectivos, cognitivos, fisiológicos, motivacional y componentes expresivos). Por ejemplo, la ansiedad del alumno de medicina sobre una tarea clínica desafiante podría estar compuesta de sentimientos nerviosos (afectivos), preocupación por no desempeñarse bien (cognitiva), disminución del tono simpático y parasimpático (fisiológico), deseo de escapar de la situación estresante (motivacional) y expresiones faciales preocupantes (expresivo).

Estas emociones influencian la motivación (intrínseca y extrínseca) que afectará el rendimiento clínico del alumno. Las distintas emociones pueden ser: Esperanza, desesperanza, preocupación, alivio, disfrutar, aburrimiento, frustración, ira, ansiedad.

Hoy se promueve abandonar el modelo de pensamiento académico frío y comenzar a considerar la emoción y la motivación como factores fundamentales en el aprendizaje y el rendimiento clínico. Así, las emociones placenteras producirán efectos adaptativos sobre el aprendizaje y el rendimiento; mientras que emociones negativas pueden producir cambios psicofisiológicos no adaptativos que someterán al aprendiz al desarrollo de conductas y comportamientos indeseables en su competencia profesional 

En este contexto se postula la teoría del control y valor donde las emociones de logro (de actividades o de resultados) están determinadas por la evaluación cognitiva del control y el valor de un individuo. Emoción, pensamiento, aprendizaje y rendimiento como una conducta humana adaptativa en interacción constante con el ambiente. Es el docente quien debe crear ambiente de aprendizaje clínico para influenciar en los alumnos emociones de logro. 

Además, la retroalimentación verbal y escrita entregada al alumno acerca del rendimiento en el lugar de trabajo resulta en una de las mejores prácticas docentes para fomentar su motivación intrínseca y extrínseca. Esta debe ser concreta y específica atendiendo las emociones de logro con valencia positiva para potenciar el desarrollo de sus competencias profesionales (mini-CEX). El ciclo motivacional comienza identificando necesidades de aprendizaje que estimulan la conducción de su propio aprendizaje que producen resultados que satisfacen las necesidades (Morrison R. Motivation in Teaching and Learning. In: Peyton J, editor. Teaching and Learning in Medical Practice. 1998. p. 41-57).

El alumno puede pasar de un estado de amotivacion a un estado de motivación intrínseca cuando se estimula un nivel de internalización que le permite satisfacer necesidades básicas como la autonomía, competencia y conexión en las actividades o resultados. La teoría de la auto-determinación puede desempeñar un rol fundamental en el alcance de actividades y / o resultados; esto, sin embargo, requiere mayor evidencia del rendimiento clínico en el campo de la educación médica de grado que inevitablemente deberá tener en cuenta la compleja interacción que tendrán las emociones de logro.

José Gómez