Evaluar
permite determinar si se lograron los objetivos del proceso de enseñanza
aprendizaje e implica un proceso sistemático de acopio de información a través
de la aplicación de instrumentos válidos y confiables, para analizarla
objetivamente en lo cuantitativo y en lo cualitativo y así poder emitir juicios
de valor sobre el grado de correspondencia de la información y criterios
previamente establecidos, fundamentando la toma de decisiones sobre el proceso
de enseñanza aprendizaje.
Para
qué evaluar puede ser respondida de múltiples forma pero la más significativa
es que permite establecer estrategias de estímulo, correctivas y de mejora del
proceso de enseñanza aprendizaje. En éste contexto la evaluación formativa o de
proceso intenta mejorar la performance y facilitar el aprendizaje, reforzando
conductas positivas, desalentando las negativas, enriqueciendo la relación
entre el docente y el estudiante, favoreciendo el aprendizaje continuo y
promoviendo la comunicación entre el docente y el estudiante.
Las
estrategias evaluatorias formativas basadas en la observación directa y con
oportunidad de retroalimentación han sido descriptas al menos en cuatro tipos: Ejercicio
de Evaluación Clínica Reducido (EECR; MiniCEX); Observación Directa de
Habilidades de Procedimientos (ODHP); Evaluación
Estructurada Objetiva de Habilidades Técnicas (EEOHT) y Discusión Basada en
Casos (DBC; Casos, viñeta clínica,
ateneos). (Norcini J and Burch V. 2007. Workplace-based assessment as an
educational tool: AMEE Guide no 31. Med Teach 29:855–871. LCME / ACGME.)
Si
analizamos las principales ventajas del Mini-CEX se comprobaron su
confiabilidad y su validez de contenido, evalúa diferentes situaciones
clínicas, es de corta duración y está focalizada en la evaluación del paciente
en un escenario real. La evidencia indica que el Mini-CEX evalúa el nivel “Hacer”
en la pirámide de Miller.
La
Carrera de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste (U.N.NE.) tiene
como objetivo principal la formación de un médico generalista. Haciendo foco en
el objetivo principal de la carrera y en busca de un mejoramiento continuo de la
calidad en educación médica, los criterios de una buena evaluación formativa
deben reconocer la íntima relación entre la retroalimentación y un aprendizaje
continuo del alumno. Los criterios revisados fueron: Validez, Reproducibilidad,
Equivalencia, Factibilidad, Efecto educacional, Efecto catalítico y
Aceptabilidad. (Norcini J, et al. Criteria for good assessment: consensus
statement and recommendations from the Ottawa 2010 Conference. Med Teach.
2011; 33: 206–214.)
Es
así que parece resultar fácil que los criterios para una buena evaluación
permiten alinear la mejor estrategia evaluatoria con la práctica educacional y
pueden evitar efectos no intencionados. Entre los puntos clave destacados en el
consenso/recomendaciones se encuentran algunos criterios importantes como el
efecto educacional y el catalítico. Uno de los puntos prácticos que se derivan
es que la institución debe desarrollar un programa de entrenamiento continuo a los
docentes involucrados para ser mejor evaluador con la aplicación del Mini-CEX, además,
aprender a usar los resultados de la evaluación continua y frecuente para
mejorar la calidad de futuros aprendizajes y analizar la calidad de la
evaluación como monitoreo de la calidad de la enseñanza en la institución.
A
partir de aquí ya no parece tan fácil y como ocurre generalmente con la aparición
de nuevas formas de evaluación, como un trabajo en progreso que incorpora
aspectos cuali-cuantitativos y de contexto realista, uno de los criterios más
considerados es el “efecto educacional”. Este efecto puede ser entendido como la motivación de las personas a
prepararse de una manera que tiene un beneficio educacional percibido como
maduración profesional. Sin embargo existe escasa evidencia al estudiar éste
criterio en la arena de la evaluación educativa. Alves de Lima A y cols.,
demostraron en 2 grupos (con y sin Mini-CEX) de alumnos de cuarto año de la
carrera de medicina que no había
diferencias en el desempeño clínico cuando fueron evaluados al final de la
cursada. (Alves de Lima y cols. Efecto educativo de la evaluación del
desempeño profesional: el caso del mini-CEX. MEDICINA (Bs.As.) 2013; 73:
286-291.). Adicionalmente, el complejo interjuego entre el contexto, las
subjetividades del alumno, del evaluador docente y del paciente evaluado influyen
en cada uno de los comportamientos resultantes.
La
educación médica basada en competencias reconoce a la experiencia (expertise)
como objetivo final, no un estado supremo; y que requiere evaluación integral
continua. (Holmboe E y cols. The role of assessment in competency-based
medical education. Med Teach 2010; 32: 676-682.). Se puede extraer entonces
que, por ahora, la búsqueda de una evaluación integral continua facilita una
maduración profesional competente como una medida (subjetiva) de beneficio percibida
aunque en ausencia de evidencia robusta
objetiva.
José
Gómez