Vistas a la página totales

martes, mayo 01, 2018

La emoción y la motivación en alumnos de medicina


Las expectativas que tienen los alumnos con respecto al plan de estudios de la carrera de medicina son de suma importancia. En el campo de la medicina, las estrategias de enseñanza, aprendizaje, evaluación y gestión del conocimiento son revisadas continuamente a fin de detectar las mejores estrategias que permitan alcanzar las competencias profesionales. En la etapa clínica, el alumno debe ensayar conductas adaptativas (o no) frente a un conjunto de métodos y técnicas exigidas en ambiente hospitalario que involucran una gran cantidad de conocimientos y tienen como trasfondo teorías académicas.

En esta etapa es donde se pueden observar colisiones de técnicas, estrategias y métodos docentes que pueden confundir al alumno. Uno de los aspectos principales para el aprendizaje (profundo) del alumno en etapa clínica es que pueda reconocer estrategias en las que se estimula el valor y el control sobre lo que aprende. Uno de los factores en creciente desarrollo es el manejo de las emociones (positivas y negativas) que afectan el aprendizaje y rendimiento. El rol que juega el entendimiento de la emociones es muy importante.

La educación médica basada en competencias enfatiza la trayectoria del alumno, el aprendizaje autodirigido y la práctica reflexiva, la evaluación y retroalimentación. De modo que se puede considerar que las emociones, la motivación y la autodeterminación se encuentran en interacción permanente con distintos resultados en el rendimiento del alumno.

Se puede definir a la emoción como un cambio psicofisiológico agudo, intenso y típicamente breve que resulta de una respuesta a una situación significativa en el entorno del individuo (involucran procesos afectivos, cognitivos, fisiológicos, motivacional y componentes expresivos). Por ejemplo, la ansiedad del alumno de medicina sobre una tarea clínica desafiante podría estar compuesta de sentimientos nerviosos (afectivos), preocupación por no desempeñarse bien (cognitiva), disminución del tono simpático y parasimpático (fisiológico), deseo de escapar de la situación estresante (motivacional) y expresiones faciales preocupantes (expresivo).

Estas emociones influencian la motivación (intrínseca y extrínseca) que afectará el rendimiento clínico del alumno. Las distintas emociones pueden ser: Esperanza, desesperanza, preocupación, alivio, disfrutar, aburrimiento, frustración, ira, ansiedad.

Hoy se promueve abandonar el modelo de pensamiento académico frío y comenzar a considerar la emoción y la motivación como factores fundamentales en el aprendizaje y el rendimiento clínico. Así, las emociones placenteras producirán efectos adaptativos sobre el aprendizaje y el rendimiento; mientras que emociones negativas pueden producir cambios psicofisiológicos no adaptativos que someterán al aprendiz al desarrollo de conductas y comportamientos indeseables en su competencia profesional 

En este contexto se postula la teoría del control y valor donde las emociones de logro (de actividades o de resultados) están determinadas por la evaluación cognitiva del control y el valor de un individuo. Emoción, pensamiento, aprendizaje y rendimiento como una conducta humana adaptativa en interacción constante con el ambiente. Es el docente quien debe crear ambiente de aprendizaje clínico para influenciar en los alumnos emociones de logro. 

Además, la retroalimentación verbal y escrita entregada al alumno acerca del rendimiento en el lugar de trabajo resulta en una de las mejores prácticas docentes para fomentar su motivación intrínseca y extrínseca. Esta debe ser concreta y específica atendiendo las emociones de logro con valencia positiva para potenciar el desarrollo de sus competencias profesionales (mini-CEX). El ciclo motivacional comienza identificando necesidades de aprendizaje que estimulan la conducción de su propio aprendizaje que producen resultados que satisfacen las necesidades (Morrison R. Motivation in Teaching and Learning. In: Peyton J, editor. Teaching and Learning in Medical Practice. 1998. p. 41-57).

El alumno puede pasar de un estado de amotivacion a un estado de motivación intrínseca cuando se estimula un nivel de internalización que le permite satisfacer necesidades básicas como la autonomía, competencia y conexión en las actividades o resultados. La teoría de la auto-determinación puede desempeñar un rol fundamental en el alcance de actividades y / o resultados; esto, sin embargo, requiere mayor evidencia del rendimiento clínico en el campo de la educación médica de grado que inevitablemente deberá tener en cuenta la compleja interacción que tendrán las emociones de logro.

José Gómez